Se compilan en Comedias selektras dos de las obras más emblemáticas e inclasificables del gaditano Juan García Larrondo: Mariquita aparece ahogada en una cesta (Primer Premio Marqués de Bradomín) y, su continuación, La cara okulta de Selene Sherry. Por su originalidad y exhuberancia, ambas composiciones nunca han dejado indiferentes a seguidores del Teatro tanto Sacro como Profano. Larrondo, autor de reconocido prestigio literario, es un virtuoso constructor de dramas admirado también por cultivar con idéntica brillantez el género humorístico y la farsa contemporánea, especialmente en este par de célebres y divertidísimas comedias.
Tanto en una pieza como en otra, aparte de su fantasía y del mensaje argumental de amor y tolerancia, lo que más sorprende es la riqueza de sus personajes. Buena parte de estos se presentan de forma estereotipada respondiendo a veces a un modelo social o a un cliché preestablecido. Sin embargo, pronto acaban tomando vida propia y humanizándose hasta salirse literalmente del Teatro. El sentido del humor constante hace que estos «tipos» se rían de su propia sombra y, lo que es aún mejor, nos hagan reír también a nosotros mismos, ayudados por unos textos que recuerdan a los mejores «Antiteatros» de Valle-Inclán o a las «Renovaciones Melodramáticas» del Pedro Almodóvar de sus primeros largometrajes, con cuyo universo estas obras han sido comparadas.
Y esa es su virtud principal. La obra de un dramaturgo trasciende en la Literatura y el Teatro precisamente cuando su creación irrumpe, acierta y no puede encasillarse. Es en el futuro cuando el autor halla su sitio en un nuevo movimiento: justo en el que él ha creado y une su nombre a un estilo inconfundible: el Teatro único y «selektro» de Juan García Larrondo.