Para Álvaro la muerte de su abuelo ha supuesto, además de un inmenso dolor, el descubrimiento de un mundo de acción, lucha y heroísmo del su abuelo formó parte y que había permanecido en el más absoluto de los secretos para todo el mundo durante casi cincuenta años. Un descubrimiento que le cambiará la vida.
De carácter más bien seco y amargado, y refugiado en su mundo interior excepto para conversar con alguien que se había convertido en sus últimos años en fiel amigo, por encima de su condición de nieto, Mariano decide en el último momento no llevarse a la tumba el secreto de su pasado y un enorme peso con él.