Lectura: Cuatro tintas del aire
«Cuatro tintas del aire», de Ernesto Uría, es una inmersión intrépida y sincera en la condición amorosa del hombre, reinventando como en una poesía nueva las estancias del Deseo y la nostalgia, del placer y la queja, la caricia y el ay, la sensualidad de los cuerpos, la necesidad y la querencia del otro. Dividido el poemario en cuatro partes o cuatro estaciones, el heptasílabo y una voz común las unen creando el sentido de un viaje, como un cancionero que fluye humano y múltiple: de un poeta-paisajista que dibuja la unión de los amantes, la entrega, el jardín y la cruz, a un yo poético lleno de premura, de sed, de añoranza de la piel. Y en la cuarta sección del libro nos redime un canto bello y sabio, que a través del símbolo y la fórmula del agua inunda de erotismo, de calma y arrojo, de pena y de cielo. Ante todo esto en la poesía comparece un destello «de lo esencial que somos».
Si somos, es en el otro; y el amor, eterna búsqueda, es una exploración del hombre: apertura y límite.