Lectura: La cáscara amarga
En el Madrid de la guerra, asediado y bombardeado por las tropas franquistas, Jacinto se divorcia de Carmela, una señora muy de derechas con la que tiene una hija, para casarse con Elvira, militante comunista, que también espera un hijo de él. Tras la victoria de Franco, detienen a Elvira y le quitan al niño para dárselo en adopción a una familia adicta al régimen. Además, se anulan los divorcios realizados durante la República, y Jacinto, asustado por haber estado casado con una «roja», vuelve con Carmela. Ésta, que sigue enamorada de él, por influencia de un tío suyo, consigue que le conmuten a Elvira la pena de muerte por el destierro, con la condición de que su marido no vuelva a verla. Así reanudan su vida conyugal, rodeados de gente «como Dios manda», y fingiendo ante todos que nunca se han separado, incluso ante su propia hija. Cuando llega el momento, casan a ésta con un buen partido.
Cincuenta años después de la guerra, ya en plena era monárquica, aparece de repente Águeda, la antigua portera de la casa donde vivieron Elvira y Jacinto. Va a visitar a éste, y le cuenta que a ella también la metieron en la cárcel con Elvira, y después las mandaron juntas al destierro, a Uruguay. Allí falleció Elvira, justo cuando se disponía a volver a España, tras la muerte de Franco, para intentar recobrar al hijo que le robaron. Así que ahora es ella, Águeda, la que le está buscando en memoria de su amiga. Jacinto tampoco ha sabido nada de él durante todo ese tiempo, pero se ponen a comparar datos entre los dos y se encuentran con una verdad terrible…