Lectura: La nueva era del cine de ciencia-ficción
Cuando en 1968, Stanley Kubrick,lleva a sus espectadores más allá de Júpiter en 2001, una odisea del espacio se inicia uno de los principales caminos por los que discurrirá la ciencia ficción a partir de ahora: la space opera. Star Wars, Star Trek o la saga Alien son tres buenos ejemplos de estas producciones totalmente ambientadas en un espacio inimaginable en épocas anteriores. Tampoco cabía imaginar en esas cintas pretéritas la nueva concepción del alienígena que impone Steven Spielberg en Encuentros en la tercera fase (1977) y E.T., el extraterrestre (1982). El marciano ya no es ese trasunto del comunista que fuera en la edad de oro del género. Antes al contrario, es un ser entrañable que despierta curiosidad.
Son tantos los cambios radicales que experimenta el género que hasta aquellas científicas encantadoras, que acababan enamorando a los hombres que no las querían en las misiones, dan paso a las chicas soldado como la teniente Ripley (Sigourney Weaver) de la saga Alien o la Sarah Connor (Linda Hamilton) su homóloga en la de Terminator. Esa rebelión de las máquinas apuntada por James Cameron en esta última es uno de los asuntos más genuinos de la nueva era del cine de ciencia ficción. En ella, el ciborg se convertirá en el nuevo enemigo de los humanos. Su relación con ellos inspirará títulos como Blade Runner (1982).
Esta sobresaliente cinta de Ridley Scott también será la precursora del cyberpunk, junto a la realidad virtual, una de las constantes del género en lo