Lectura: Tangram
Cuenta la leyenda que un sirviente del emperador llevaba un valioso mosaico de cerámica y tropezó rompiéndolo en pedazos. Intentó, desesperado, recomponerlo en su forma cuadrada original, pero resultó imposible. Sin embargo, observó que podía formar muchas otras y fascinantes figuras con los fragmentos.
Así sucede a menudo a quienes poseen el don de la narración, y así ocurre con las historias que conforman este libro. Una obesa mórbida, antigua diva del teatro, encierra a dos universitarios en un sótano de Getxo. Un psicópata asesino elige Reikiavik como templo de sus crímenes. Un ladrón rehabilitado intenta recuperar el botín que enterró años atrás en una zona indeterminada de la periferia de Londres. Un mafioso recién llegado a un pueblo calabrés consigue ganarse el respeto de los ciudadanos a quienes extorsiona. Un detective se debate entre el deber policial y sus obsesiones sexuales. Con estos mimbres y otros que no conviene desvelar Juan Carlos Márquez urde en Tangram un thriller de historias cruzadas que se leen con la respiración contenida; siete historias que son una y que, sin embargo, no dejan de ser siete; un puzle de ingenio y creatividad como el del juego chino homónimo, tal vez emparentado con aquella antigua leyenda.