Una conocida pintora está terminando un cuadro impresionista, en el que se encuentra absorbida por alcanzar la tonalidad de verde necesaria para darle vida a una manzana caída de un frutero. Suena el teléfono; es la policía, que le solicita ayuda para resolver un crimen que parece cometido por un amante de la pintura. Al primer asesinato siguen otros en los que el homicida parece reproducir cuadros conocidos que representan una mezcla entre la verdad, la mentira y la inspiración.
El inspector y el subinspector encargados del caso cuentan con la experiencia de la pintora. Son conscientes de que el objetivo del asesino es eliminar al grupo de músicos virtuosos de cuerda frotada de origen ucraniano que forman la élite de la Orquesta Sinfónica de Galicia. Uno de los componentes de este grupo es el concertino de la orquesta, que coordina y conduce a sus otros cuatro virtuosos, a los que conoce desde los tiempos del conservatorio en San Petersburgo y Kiev.
En las escenas de los crímenes no se dejan huellas, pruebas o pistas; no parece haber razones poderosas para estos asesinatos, y no surgen motivos aparentes, ni móviles claros para alcanzar semejantes extremos. Solamente una mente extraña puede llegar hasta tales niveles; una mente que se mueve en el entorno de las artes plásticas y de la música clásica. Tendremos que seguir las huellas a través de su mundo, hasta su último asesinato, para saber si se podrá dar con él.
José Luis Caramés Lage ha logrado con Asesinatos con arte el accésit del IV premio Wilkie Collins de Novela Negra y plantea una interesante propuesta al unir la investigación criminal con el mundo del arte y de la música clásica y con un lenguaje que destaca por su brillantez y elegancia.