Lectura: Los heridos graves
El libro revela una fisonomía lacerada: la del yo en busca de los otros, en contacto –doloroso y cordial- con los otros. Los conflictos imperecederos del hombre –el amor, el deseo, la muerte- se erigen en punto de encuentro: hieren al poeta, pero le revelan que sus heridas son también labios con los que besar a los demás, manos con las que intercambiar dolores o esperanzas, piel en la que juntarse.
Los poemas de Los Heridos Graves, dotados de una insólita tensión lingüística, avivan lo real: revelan fuegos raros, quebraduras desconocidas. Son vigorosos, pero también vulnerables: su fotaleza es la fortaleza de lo delicado y sanguíneo.
Los heridos graves ha recibido el Premio de Poesía Joven de Radio 3 en 2005.