En un recóndito valle de la Galicia interior del primer cuarto de siglo pasado, las leyendas cobran vida. Lobisomes, meigas… los delirios macabros de las noches de pesadilla han salido de entre los bosques camuflados en las mandíbulas hediondas de una bestia sin corazón.
Por ente el dolor y la desesperación un hombre, que al tiempo que lucha por olvidar su atribulado pasado debe guardarse del inquietante presente. La novela juega con maestría con el clasicismo costumbrista de una obra del siglo XIX, provechando la descripción de la vida y usos del interior para sacar a la luz los horrores que la tradición hubiese preferido dejar para excesos noctámbulos de aguardiente.