Un presagio es el primer poemario de Miguel Ángel Serrano: un libro de viajes, interiores y reales, en los que el observador se ofrece al paisaje para que sea éste el protagonista. Y de esa porosidad y el tamiz de la reflexión, surge el poema como una ofrenda, sabedor de que el lenguaje es un acercamiento pobre y al mismo tiempo el más rico. Un recorrido por los rincones y escenas donde la vivencia ha imprimado la memoria con una fuerza sutil como aguada en lienzo de seda. El presagio, pues, de que no alcanza la palabra, ni el gesto, y de que la memoria, cada vez que se activa, reinventa el recuerdo. Y aún así, los sentidos se llenan y se muestra el río del lenguaje, la roca del verbo y el vuelo indeciso de una oración.