El amor, la atracción erótica y la fascinación que sienten Manuel y Verónia por la casi niña adolescente Teresa va más allá del amor. Más aún cuando descubrimos que Teresa es una deficiente mental. La imbricación de esas dos versiones del ser inexplicable y hermético que es Teresa compone esta novela en la que confluyen la embriaguez y el canto con el pánico, la melancolía y la aceptación de la culpa. En el centro, como un ser del silencio, Teresa seguirá intocada e intocable, inmóvil, aun cuando todo se precipite a su alrededor.
Andrés Barba ha vuelto a crear unos personajes emocionantes e inaprensibles, una parábola de los ávidos de amor que se precipitan en el infierno y la plenitud de un amor que jamás se habrían atrevido a desear, pero para el que quizá habían sido elegidos. Premio Torrente Ballester: según el acta del jurado, «hay una maestría psicológica en el tratamiento valiente y comprometido de un tema tan delicado».