Miguel Delibes definía la novela con tres palabras: una persona, un paisaje y una pasión. Con esa idea, el autor nos presenta un texto sobre José María Aznar en tres dimensiones, que no es novela, ni crónica, ni biografía, ni hagiografía, ni tampoco autobiografía, ni un cuento, sino una mezcla en la que el lector no leerá lo que MAR vio sino lo que sintió.
Es éste un retrato de Aznar en tres dimensiones:
El de la persona: un español.
El del paisaje: un contexto político irrepetible.
Y el de la pasión, coordenada imprescindible de este español consagrado a la política y a su país.
¿Cómo pudo ser que un hombre parco en palabras y en cariños, nada dispuesto al elogio amable, impaciente para el trabajo, enemigo de las fiestas, callado, adusto al encajar opinión adversa y que cenaba solo con su esposa consiguiera poner en orden a los españoles, les modernizara el país con reformas que parecían imposibles e hiciera de la derecha carca y anticuada un partido liberal, moderno, apaciguado y ganador?
José María Aznar fue un paréntesis serio y riguroso —hasta que se convirtió en el personaje malencarado y agresivo— en la España del Viva la juerga, de los dimes y diretes y del ¿quiere la factura con IVA o sin IVA? Y el Aznar que el autor conoció, lo descubrirá en lector en estas páginas.