José Vaccaro Ruiz

José Vaccaro Ruiz
1945, Barcelona

SOBRE EL AUTOR

Vengo a este mundo en Barcelona, en 1945. En ese año se acaba la Segunda Guerra Mundial, se lanzan por Estados Unidos las bombas atómicas sobre Hiroshima y Nagasaki, Carmen Laforet gana el Premio Nadal con su novela Nada, nace Bob Marley y se funda la Cofradía del Santísimo Cristo de la Penas de Molina, entre otras cosas importantes. Mi familia es originaria de Cosenza, en el sur de Italia, de donde emigró mi tataruabuelo junto con su numerosa prole, entre ellos mi abuelo Cayetano, a principios del siglo XX. Una leyenda familiar dice que salieron huyendo de un bandido de la comarca apodado Malatesta. Cualquier cosa es posible. Lo cierto es que llegaron a Cataluña con una mano delante y otra detrás. Como tantos emigrantes trabajaron duro para encontrar un lugar en esta tierra de acogida. Mi abuelo, ya a los doce años encendía y apagaba los velones de las candilejas de los teatros de music-hall del Paralelo. Mis otros tres abuelos fueron, uno catalán, otro aragonés y el tercero navarro. Una mezcla variopinta de genes y lugares que si algún beneficio tuvieron fue alejarme de la endogamia. Soy Arquitecto y Abogado. Mi labor profesional como urbanista y como promotor inmobiliario me ha llevado a un conocimiento amplio y directo de los intereses, las influencias, y en definitiva de los entresijos que se mueven tras de esas actividades económicas. He sido funcionario durante diez años de mi vida. Esa labor, en la primera línea de la Administración Pública con responsabilidades de gestor urbanístico me ha permitido complementar mi visión del mundo inmobiliario desde el otro lado de la actividad privada. Mi experiencia funcionarial la considero como el necesario contrapunto para la comprensión de un mundo tan complejo como es el de la Arquitectura y el Urbanismo. Resultado de todo ello, de mi origen, de mi formación y de mi experiencia es la literatura que escribo. En particular, en mi novela Ángeles negros está abocado un cierto desengaño y desencanto hacia los Poderes Públicos (políticos, policía, asociaciones, la propia Iglesia). Unos Poderes Públicos que en lugar de ser los protectores de los ciudadanos, siendo para ellos ángeles blancos, solo piensan en aumentar su poder y en perpetuarse en el mismo, convirtiéndose así en Ángeles negros. He huído, en Ángeles negros, sin privar a la novela de una intriga y una trama que capte el interés del lector, de escribir una historieta de polícias y ladrones o de buenos y malos. Además del negro, el color que domina la Ángeles negros es el gris en todos sus matices. En un futuro inmediato tengo prevista la publicación de un libro de cuentos Los 7 pecados capitales y otra novela.


Fuente: José Vaccaro Ruiz


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