La risa caníbal, de Andrés Barba
Novela – Alpha Decay, 2016
Andrés Barba ha agrupado varios escritos que pretenden reflexionar sobre el poder, la autoridad, casi primitiva que ejerce el humor. El libro se abre con un ensayo sobre la parodia, tomando como modelo la caricatura que Chaplin realiza de Hitler en El gran dictador. Barba insiste en el efecto multiplicador de la parodia a través de la imitación y la identificación, y en las consecuencias que la película de Chaplin tuvo no sólo entre los alemanes sino también en Estados Unidos. Obsesionado al parecer por la relación existente entre la pornografía y la risa, que ya se esboza en los chistes de la slapstick comedy, Barba trata de enlazar una película de Damiano, Garganta profunda, del año 1973, con la Lisístrata de Aristófanes, hasta el punto de llegar a afirmar, quizá llegando demasiado lejos, que la película “responde punto por punto al modelo de comedia planteado por Aristófanes”. De la parodia y la comedia sexual Barba pasa a analizar la estructura lógica del chiste, su dimensión moral y el carácter anónimo que lo relaciona con la tradición oral. También describe los lugares comunes en la vida de los cómicos, desde la melancolía que agita su existencia hasta la tragedia que envuelve la mayor parte de los actos de su vida; y revisita el papel de los ventrílocuos y sus muñecos a contracorriente de todo lo que representa la clase media.
Arriesgándose en sus argumentaciones, Barba relaciona el humor con el pensamiento cínico desde Diógenes hasta Sade, en oposición a la filosofía idealista, indagando en el materialismo, el ateísmo y el hedonismo. El ensayo atraviesa en este punto la esencia del pensamiento cínico hasta la actualidad, haciendo hincapié en su carácter transgresor, en la ambivalencia entre la clave humorística y la denuncia agresiva y frontal. En La risa caníbal se percibe cómo Barba trata de enfatizar la relación entre la retórica del poder y el humor (o la ausencia de humor) como cuando habla de las consecuencias de los atentados del 11 de septiembre o como cuando se despacha a gusto con lo que él considera comicidad de Bush, fruto de sus incongruencias y sus afirmaciones ilógicas, sean fingidas o un efecto casi inconsciente de su propia personalidad. Al examinar la vinculación del humor con la política, Barba se aproxima a la cuestión de los límites que al parecer no se pueden franquear. Por eso el autor termina por plantear al final del libro el tema de la prohibición de la risa en el ámbito religioso, las dificultades que tiene la risa para manifestarse en la tradición religiosa, la negación de la risa en el cristianismo, los límites que se establecen en la construcción del humor tanto en el judaísmo como en el islamismo y, lo que es más importante, el debate entre los sentimientos y las ideas que parece estar en el centro de las reflexiones de Barba.
