El vuelo de los días reúne lo más atractivo de los libros de viajes y de los libros de memorias. La mirada de la autora nos transmite, sensaciones vividas en ciudades de todo el mundo y vemos la realidad a través de evocaciones en las que relaciona las ciudades con libros, música, comidas, colores, olores, bailes o el calor de las calles, pasando de una cosa a otra con ritmo ágil, como en un calidoscopio.
El viaje es una incitación, descubre lo antiguo en lo moderno y lo actual del pasado. Como señala Cristina Peri Rossi en el prólogo, escrito casi como anecdotario personal, casi como un diario,«El vuelo de los días» recoge flores y frutas exóticas, el muestrario de esos viajes. Recoge giros lingüísticos de los países hispanos, la música de las calles de Nueva York o de Brasil, las playas desiertas de Latinoamérica o de Cantabria, las lecturas de poetas poco conocidos en España o las obras de jóvenes artistas plásticos. Nos muestra rincones de Berlín, San Petersburgo, Marruecos, Luxemburgo, Tromsö, Malta, Siria, Buenos Aires, París, Toscana, Kenya, Montevideo, Ecuador o Casablanca y nos cuenta las historias que allí le ocurren.
Como los viajeros antiguos, se muestra deseosa de absorber, pero lo hace a través del prisma de las referencias culturales de una escritora con gran implicación en la realidad de nuestro tiempo. La profesión diplomática de Anunciada Fernández de Córdova abre al lector las puertas a unos personajes y unos entornos a los que rara vez se tiene acce