Las libertades de expresión e información son, en la actualidad, derechos constitucionales que aparecen específicamente previstos, reconocidos y protegidos en el artículo 20 del Texto Constitucional. Sin embargo, como cualquier otro derecho, éstos tienen sus límites o limitaciones, que vienen establecidas en el artículo 18 de la Constitución: se trata de los derechos a la intimidad personal y familiar, al honor y a la propia imagen. Cuándo deben prevalecer unos u otros derechos, es un tema complejo y debatido, debiendo llevarse a cabo un juicio de ponderación entre los derechos implicados, de forma que se analice supuesto a supuesto, y, de este modo, se llegue a un equilibrio, tanto en el marco jurídico, cuanto en el ámbito social.
En un Estado social y democrático de Derecho, como lo es el nuestro, las libertades de expresión e información han de estar expresamente protegidas, pero no es menos cierto que un abuso de estos derechos y libertades puede llegar a ser incluso antidemocrático, pugnando con otros derechos, también constitucionales, que la persona ha de tener reconocidos, como la intimidad, el honor y la imagen. En esta obra se intenta una aproximación a esas limitaciones a las libertades de expresión e información, haciendo especial hincapié en aquellas situaciones en las que la persona, por determinadas circunstancias, tiene disminuido su umbral de intimidad. Por ejemplo, personajes públicos o famosos.