¿Qué hora es? Depende de dónde uno esté. Querámoslo o no, las circunstancias hablan siempre de nosotros, por nosotros… como los vitalistas poemas de Las siete en Canarias, que a partir de objetos y situaciones de la vida diaria (el papel higiénico, el correo electrónico, la prensa diaria, el cubo de la basura, los parques públicos, las tortitas con nata de Vips…) ofrecen destellos de emoción y sabiduría que liberan de corsés nuestra visión del mundo y acompañan gratamente nuestra jornada.
Advierto seriamente al lector –yo no lo hice en la primera lectura y lo lamento– que no se enfrasque en el texto con precipitación descontrolada. Que lo lea con algo de distancia, de cuidado, que no pase sin más de una página a otra, que no se salte las páginas a voleo, como si fueran obstáculos muy bajos de una carrera de longitud corta. Cada poema que lea debe alargarlo, sin pasarse en exceso pero con mucha pausa, en su pensamiento y en su conciencia. Solo actuando así lo pasará bien, realmente bien y aprenderá cosas que ignora por completo, sobre todosi de vez en cuando sonríe sin querer o se ríe incluso de sí mismo,como hace con dulce inteligencia Margarita Hernando de Larramendi.
Antonio Garrigues Walker