Oscar, un historiador cuya única ideología es la falta de convicciones, entra a trabajar al Palacio Quemado, convertido en escritor de discursos del presidente. En un período de convulsión social, su misión es encontrar las palabras con las que apaciguar los ánimos exaltados del pueblo. De la mano de Natalia, una mujer que también trabaja para el gobierno y con quien entabla una relación sentimental, irá descubriendo los recovecos de la corrupción como una forma de vida para la clase política. De una manera extraña, su búsqueda lo llevará a comprender el porqué del suicidio de Felipe, su hermano mayor, treinta años atrás.