En este nuevo libro, Stewart cuenta cómo se convirtió en un apasionado del mar. Cuando tenía 29 años le propusieron ser el patrón de un pequeño velero en las islas griegas y dijo que sí sin pensarlo dos veces, convencido de que al fin había encontrado el trabajo de sus sueños. Sólo había un pequeño problema: no había navegado nunca ni sabía por dónde empezar.
En una sucesión de aventuras en las que la falta de previsión se compensa siempre con abundantes dosis de ingenio e hilarante autocrítica, el lector acompaña a Chris Stewart desde su iniciación a la vela en un neblinoso puerto de la costa británica, a su particular odisea por aguas mediterráneas hasta la isla de Spetses y, finalmente, a su participación en un viaje inolvidable a través del Atlántico Norte, siguiendo la ruta descubierta por el legendario explorador escandinavo Leif Eriksson.
El lector disfrutará de los encantos de la voz del narrador desde la primera página. El fino humor de Stewart, su facilidad para la anécdota, su tendencia a actuar movido por cierta visión romántica de las cosas -con las habituales complicaciones que ello suele comportar–, dan forma a una original y atractiva visión del mundo, la de un hombre irremediablemente optimista, que aprecia la sencillez y la belleza de los pequeños placeres de la vida.