¿Suelen responder los editores?
Probablemente os enviarán una carta formularia de rechazo. Pero si vuestro trabajo suscita algún interés puede que recibáis una carta más personal que contenga una valoración positiva. Aunque esto no necesariamente implica publicación inmediata, supone desde luego una inyección de ánimo. Además, uno pasa a formar parte entonces de la “lista corta” de la editorial, junto a un puñado de otros autores “publicables” cuya trayectoria, presumiblemente, será seguida con algún interés. Podría ser ese un buen momento para buscar agente. Os copio aquí la respuesta de un editor, en 2006, a mi libro de relatos “Crímenes triviales”, todavía inédito entonces:
«Le comunicamos que su libro está a la espera de una segunda lectura confiando en tomar una decisión en breve plazo de tiempo
Atentamente»
Y esta la breve y decepcionante carta de rechazo que recibí dos mese más tarde.
«Estimado amigo:
Sin duda en sus relatos se encuentra talento narrativo, pero siento comunicarle que no entra en nuestros planes de publicación. Sólo editamos 9 títulos al año y ese dato hace difícil la selección. En todo caso gracias por su envío, le deseo que encuentre un editor con más amplitud en su catálogo.
Cordialmente.»
Palabras como estas (que son, precisamente, de uno de esos tres editores a los que me refería antes) acaso os parezcan irritantes, sí, pero antes de condenar a vuestro corresponsal al octavo círculo del infierno, que es donde sitúa Dante a los falsarios y traidores, debéis tener en cuenta que ya es de agradecer que alguien se tome la molestia de leer y valorar el original de un desconocido. Después, el responsable de publicaciones tendrá siempre que elegir según su propio criterio, asumiendo que corre el riesgo de equivocarse. Entre varias obras que le parezcan aceptables seleccionará la que más concuerde con su preferencia personal o con la línea editorial del sello para el que trabaja. Comprended que esto es legítimo y que forma parte del juego. ¿La receta, entonces? Por supuesto, no puede ser otra: paciencia y perseverancia.
¿Constituye la publicación digital una alternativa satisfactoria?
Satisfactoria o no, es el futuro, sin duda. Ahora bien, esto podría generar un fenómeno paradójico: el predominio de lo digital y la facilidad relativa de publicación que ofrece tal vez haga más deseable que nunca la edición en papel para los autores literarios, ya que este soporte antiguo se convertirá en un lujo, un reducto de prestigio al alcance de muy pocos. En todo caso, en papiro o en digital, siempre habrá nombres más conocidos y reconocidos que otros. Y tales autores resultarán de algún tipo de proceso de selección, ya sea por parte de los editores, de un grupo de críticos entusiastas o de los mismos lectores que demandan un título con preferencia a otro.
¿Garantizará un premio prestigioso o un evidente mérito artístico la continuidad de una carrera en un futuro cercano? (Respuesta en la 3ª entrega).
