Imbécil. Del latín, in-baculum, literalmente: sin bastón. Esto es: débil, que carece de influencia. En España suele aplicarse a los escritores de mediana edad.
Monoarquía. Del griego (arkhe) y del árabe (maymún). Significa, literalmente, el poder de los simios. Suele desarrollarse en las fases tardías y degenerativas de la democracia, cuando se transforma en simiocracia, distopía que ha sido llevada en varias ocasiones al cine. No confundir con “monarquía”, que se refiere a la forma del Estado, cuando se le atribuye al rey y a su familia la representación simbólica de toda la nación. Esta solución ha dado buenos resultados en países que no se pasan la vida discutiendo sobre su propia existencia. En España, durante los últimos decenios, ha propiciado una transición pacífica, con la pequeña ventaja añadida de haber evitado otra guerra civil. Cabe también un uso figurado del término monarquía. Por ejemplo: el rey de las barbacoas. En este caso podría aludir a un hombre en bañador que demuestra inusitadas habilidades para cocinar alimentos a la parrilla.
Serotonina. Se trata de un neurotransmisor relacionado con el control de las emociones y el estado de ánimo. También es el título de la última novela de Houellebecq, en la que aparece –advertimos de spoiler- un episodio de pedofilia, lo que ha sido interpretado por un crítico imbécil (véase la primera entrada de este diccionario) como un acto de provocación literaria. En realidad, el novelista francés no se regodea en esta clase de escenas, sino que, por el contrario, expone la inmundicia de una civilización en decadencia –Europa-, con espíritu de denuncia y con intenciones probablemente moralizadoras. En los últimos párrafos del libro, el narrador-protagonista señala el abandono del cristianismo como una de las posibles causas de su propia desgracia y, así mismo, de la miseria moral de Occidente.
Infantilismo. Condición de las personas adultas que presentan características psicológicas propias de los niños. En España, actualmente, es un requisito indispensable para todo, desde tener hijos hasta sentarse en un consejo de ministros.
Guerracivilismo. Muy relacionado con el anterior. Se trata del deseo irrefrenable de una generación de imbéciles (véase de nuevo la primera entrada) de regresar a las condiciones que dieron lugar a la Guerra Civil de 1936.
Coronavirus. Microorganismo que ostenta corona. Una versión maligna y microscópica de la monarquía que puede sumir a un país de imbéciles en un estado de oligofrenia y pobreza irrecuperable.
Cultura. Aquello de lo que se prescinde en tiempos de crisis y que representa la única oportunidad de superar una crisis con garantías para el futuro.
Dignidad. Libro de Javier Gomá que estoy leyendo estos días y que describiría como el polo opuesto a casi todo lo que veo a mi alrededor cuando no estoy leyendo.
