¿La guerra? En el 36, claro

por Rafael Balanzá

Mi hijo me pidió el otro día que le pusiera un ejemplo de silogismo. Una mujer guapa –improvisé-, puede también ser idiota. Ayuso es guapa. Ayuso puede ser idiota. Se me ocurrió esa formulación porque unos días antes de eso la presidenta madrileña había hablado de ambiente guerracivilista en España, más que para prevenir –sospecho- para ir caldeando a la grada. Está claro que le va la marcha. Tiene alma de frutera.

Lo cierto es que la situación es peligrosa. Y no sólo aquí, sino en todo el mundo. Un gran tsunami reaccionario se levanta en el horizonte para arrasar las democracias liberales. Esa ola la surfean grandes déspotas, como el anaranjado Trump, que hablan cínicamente en nombre del mismo pueblo y de la misma libertad a los que atropellan todos los días. Y como en otros tiempos, parece que hay que elegir bando. O se está con un Gobierno que manipula la televisión pública hasta convertir los telediarios en un show orwelliano, en el que se nos explica cada día lo que tenemos que votar y por qué, o se está con una oposición que lidera una demagoga montada en el Ferrari de la corrupción, que es –por cierto- transversal y generalizada. Si tratamos de hilar fino (se puede felicitar al Gobierno por su condena del genocidio de Gaza y seguir estando en contra de la ley de amnistía, como sucede en mi caso) entonces la gente se hace un lío. Hay que ser hooligan y escribir para retrasados.

Unamuno reconocería el panorama, y estaría contra todos. Sus discípulos hacemos lo que podemos para quedarnos tan solos como se quedó él. Pero, ¿podría haber realmente una guerra civil en los próximos años? Yo no la veo. Para librar una guerra hace falta un mínimo de entusiasmo, y mi generación es demasiado indolente y estúpida para entusiasmarse con algo. En ese sentido, los Z (muchos de los cuales votan a VOX) pueden estar tranquilos. Sin embargo, es cierto que algo está cambiando. El otro día, la preciosa nadadora Iris Tió se negó a hablar de su vida sexual con el simpático guarrete que presenta el show televisivo gubernamental de la noche. Y, ¿sabéis?, a ella no se le movió ni una pestaña. Esta chica de 22 años –apenas 2 más que mi hijo- dio una lección de dignidad femenina y de inteligencia a toda España. Lo que ocurrió, no obstante, me parece revelador. Iris Tió representa a la nueva generación, mientras que Broncano es un “viejo” y estúpido millenial.

En el post anterior hablé de Thomas Bernhard, que denunciaba en su literatura la degradación y la corrupción del Estado austríaco. Hoy, como sabéis, en Austria gobierna la ultraderecha. Algo así podría suceder aquí. Lo de la guerra civil, de momento lo descarto. Veo más probable una guerra abierta con Rusia, que tampoco estaría mal para despertarnos de este sueño colectivo, infantiloide y subnormal. De todas formas, si Ayuso, los de VOX y los Woke se empeñan, tal vez lo consigan. En ese caso, propongo una fecha fetén para abrir la caja de Pandora: el 17 de julio de 2036. Vendría bien que alguien que se apellide Franco vuele ese día de Canarias a Tetuán, pero quizá sea mejor innovar. Y de momento, podemos seguir diciendo gilipolleces a costa de medio millón de muertos muy lejanos.

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