«Nos fuimos a tomar copas por ahí … Al día siguiente fui a la facultad emocionado y con resaca. Había dormido tres horas. Me encontré con mis compañeros de Derecho y les comenté que había estado con Claudio Rodríguez la noche anterior. Recuerdo que me preguntaban Y ese ¿Quién es?. Fue desolador, terrible, yo tenía una ilusión fantástica y estaba fascinado por aquel poeta. Efectivamente la poesía nunca ha sido ni será mayoritaria.»