"A veces se confunde lo anecdótico y lo esencial. Una anécdota es, por ejemplo, que hace muchos años cuando yo tenía 15 años conseguí un abono de conciertos para un ciclo de piano y en la butaca de al lado conocí al que habría de convertirse en uno de mis amigos más queridos y cercanos: Ernesto Uría. Comenzamos nuestra amistad en los conciertos, a él le asombraba mucho que yo siempre adivinarás reconociera las propinas que tocaban los pianistas, claro que es parte de mi oficio, y cuando no la adivinaba pues me inventaba algo para para mantener el tipo. Con los años nos hemos hecho amigos muy cercanos y Ernesto es verdaderamente un gran poeta de muchísima sensibilidad y de mucha fuerza y creo que somos un estímulo, el uno para el otro, poético, literario y amistoso. Por otra parte, a veces lo esencial nace sin anécdotas, la persona que ha tenido más influencia literaria en mí a quien yo le debo la literatura, por una anécdota del destino, resulta que es mi madre, que no es poco: Angela Martín Del Burgo. A ella le debo, entre otras cosas, la poesía. Sospecho que a través de Machado, de Cernuda y de Pessoa. Ella me ha dado mucho bagaje mediante un intercambio literario muy fructífero."
Como conocí a...