«Cuando se abrieron las puertas del ascensor, lo primero que dijo era que quería que lo lleváramos inmediatamente a la comisaría … Naturalmente tuvimos que complacerle y en pocos minutos estábamos Arrabal y yo y unos cuantos seguidores y periodistas más … Luego bajó el comisario y Arrabal se empeñaba que lo llevaran al calabozo.»