«Yo recuerdo ese día que fui con mi tío Gregorio a la lectura de José Hierro y le pregunté qué hacía este hombre que estaba dibujando mientras estaban haciendo la presentación. Él me explico: hace los dibujos porque se entretiene y luego los regala . Efectivamente, luego los regaló a la gente. Recuerdo ese día con mucho cariño, porque me iniciaba en la poesía y la poesía de este hombre me tocó y luego por esta cosa tan infantil que le conectaba conmigo, que eran los rotuladores de colores.»