«Me acerqué a mirar y, junto al reloj de sol que visitaba con frecuencia, había un tipo alto, vestido todo de negro, con una capa larga que llagaba hasta el piso y un sombrero de ala ancha, diciendo no sé que cosa. El hombre volteó a mirarme en algún momento. Yo no supe que hacer. Le devolví la mirada, me quedé observándolo y me di cuenta que estaba hablando de poesía, hablando de historias, hablando de literatura. En aquel momento no entendí mucho, después supe que se trataba de Juan José Arreola … que, en aquella época, tenía un programa de televisión donde, extrañísimamente, le permitían hablar de literatura …»