«Nos fuimos hacia el Palace que era donde estaba y yo me encontré, en un momento, que no podía girar bien. Con lo cual hice lo que en español se llamamos una pirula y me salté completamente la línea contínua para dar la vuelta y dejarlo en la puerta del Palace. En el momento que hacía la gracia, oigo un grito detrás de mi que era Max Frisch diciendo: ¡Bravo!»