El último Gran Maestre, Jacobo de Molay, envió a uno de sus freiles de confianza, un aragonés, en busca del fruto de la vida, aquel del que se habla en el Apocalipsis y que él sospechaba, crecía en la zarza ante la que Moisés se postró. Una misión que al aragonés le llevó siete años. En su larga búsqueda, quedó ajeno a los acontecimientos que se precipitaron en Francia, con la detención de todos los freiles templarios en una misma noche, la fatídica del 13 de octubre de 1307. A su regreso a Francia, a finales de 1313, el aragonés descubre que el Temple no existe, que no hay encomiendas ni casas donde cobijarse y que su vida está en peligro. Nadie se atreve ni a acoger ni a ayudar a un templario, ambos delitos castigados con la excomunión y la muerte. Mientras el proceso a los máximos dignatarios templarios llega a su fin, se van produciendo inesperadas muertes de los asesores del rey francés. ¿Fueron todas aquellas muertes ocurridas entre finales de 1313 y 1314 una casualidad o el Gran secreto de la Orden del Temple tuvo protagonismo en ellas? ¿Llegó a recibir el Gran Maestre el fruto de la vida? ¿Se perdieron con la muerte de los máximos dignatarios todos los secretos y reliquias de la Orden, o fueron puestas a salvo? ¿Qué relación tuvo Margarita D’Artois con la muerte de Guillermo de Nogaret? Y muchos otros enigmas que resolverá la novela sobre esta época tan misteriosa.