Lo tuvo todo y lo perdió todo. A Adolfo Suárez, un político tan irrepetible como la Transicción que gestionó, el destino le volvio definitivamente la espalda. Una terrible enfermedad sobre la que los médicos no se ponente de acerdo le condenó al olvido del poder disfrutado, de los hechos vividos, de los laureles logrados; pero también, piadosamente, de la desaparición de sus seres queridos: su mujer y su hija Mariam, ambas fallecidas tras una intensa lucha contra el cáncer.
Como si de una verdadera tragedia griega se tratara, este libro cuenta la trayectoria personal y pública de un hombre complejo, «más héroe que santo», cuya personalidad resulta muy difícil de clasificar.