El halo que deja la existencia, la memoria de haber estado, la huella de haber sido, es algo “Algo más que ser”. Comienza el libro con un duermevela parecido a un ostinato musical – un soneto que sirve de portada – y termina con un epílogo de la misma característica que hace de contraportada. Dentro de esas dos paredes hay tres habitáculos temáticos: La cotidianeidad, el amor y la muerte.
La armonía de las formas clásicas, con esos temas universales, caracteriza este poemario confesional, intenso de ritmo y emociones.