La despedida entraña dolor, separación y aturdimiento, pero la colección de adioses de Josep Anton Soldevila condensan un proceso lento de desasimiento, de breve encuentro final sin retorno, de lucidez. Fruto de una experiencia traumática (el poeta había sido sometido a un trasplante de riñón y fue aislado del mundo exterior por un virus de quirófano) durante lentas horas su mente se paseó por lo que había sido su vida. La constancia de la ausencia de personas y certezas y la conciencia de sentirse engañado por no haber sabido decir adiós, le conmociona.
El adiós es el final del proceso, el lugar donde la crisis, sea de la índole que sea, se resuelve en muerte o renacimiento. El acto de pronunciar la palabra señala de forma inequívoca el lugar de la existencia en que nos encontramos, lo que tenemos y lo que no, mientras delante se extiende un territorio de exilio que habrá que recorrer en soledad hasta la nueva tierra.
Este libro nos habla, en su primera parte, del proceso por el que llegamos a decir adiós a personas, situaciones y cosas que han sido significativas para nosotros: “Primero, el dolor”, “La decisión” y “El exilio”, son los tres capítulos en que se desarrolla el poema “El Adiós”. En su segunda parte, “Epitafios parciales” nos habla de las pequeñas pérdidas individuales, inapreciables en el día a día, y que sutilmente nos llevan hacia el final.
El Libro de los Adioses constituye una profunda meditación poética, en un momento en que el único argumento posible es la verdad. Una meditación sobre el inmenso poder de la renuncia, asumida a través de la palabra Adiós.
Traducido al francés, El Libro de los Adioses es presentado por Ediciones de La Discreta en edición bilingüe, catalán-español, en su colección Bastardilla.