La vida diaria de los habitantes de la Villa y Corte del siglo XVIII, desde la mañana a la noche, es el contenido de este libro. Con él entraremos en las casas de petimetras y petimetres, y veremos todo lo que pasa de puertas para dentro, desde que llega el peluquero con su tanda de rizos y cajas de polvos, el profesor de baile, el criado de una cierta amiga de la señora con una tarjeta de visita, el ama, el médico por si la señora tiene flatos hasta que la dama terminados sus vapores y desayuno, se encuentra lista para recibir visitas.
Asimismo, nos colaremos en las tertulias mañaneras de los estrados, y observaremos el bis a bis de las petimetras con sus cortejos, las comidas con todos sus platos, y ceremonias de los criados al servirla, las siestas, las partidas de cartas, los bailes: contradanzas fandangos, seguidillas, boleros… Pero también nos enteraremos de lo que sucede de puertas para afuera: las fiestas profanas y religiosas; carnavales, ferias, romerías Semana Santa, Corpus, San Isidro, etc. Y ya más en concreto el día a día, fuera de casa: las misas de once, los paseos en berlina por el Prado, las comidas en fondas, hosterías, tabernas; la algarabía y jaleo de las comedias, los cafés y sus cotilleos, las bebidas en las botillerías, la asistencia a los toros, los bailes de salón, la ópera, las serenatas.
Hasta que, en fin, llegada la hora del reposo comienza la tarea de aflojar cotillas, quitar lazadas, desenredar rizos, para al final dar cuerda a los relojes de faltriquera, y dormir en lechos blandos de pluma.