El relato, casi la novela, de las obsesiones y de los fantasmas de un escritor. La vida a veces nos asoma a la felicidad, nos precipita en la bruma de la memoria, se tiñe con los tonos sombríos de abismos colectivos que aún son visibles en pleno siglo XXI, camina por sendas perdidas entre montañas o respira el aire y los olores de las calles cercanas que rebosan vida o que sufrieron la mutación del tiempo, de la economía convertida en crisis, del urbanismo y sus consecuencias para los barrios de la memoria. La vida se compone, también, de lecturas, de libros memorables y poetas preferentes, de viejas películas y sueños no cumplidos, de viajes a lugares remotos o a cordilleras misteriosas. Elfried Jelinek, Juan Gelman, Antonio Machado, Peter Handke o Hans Lebert conviven en estas páginas con la sombra de rascacielos vacíos, la huella de tranvías muertos, barrios demolidos o centros comerciales que son refugio. Un Madrid fantasmal y cercano a la vez. Un corazón a la intemperie. La vida hecha palabra: literatura. ‘El raro vicio de escribir la vida’ es el relato, casi la novela, de las obsesiones y de los fantasmas de un escritor en «un tiempo que se extiende entre los años 2007 y 2014», como el propio Manuel Rico nos refiere en su prólogo. Un libro poliédrico, lleno de matices, de luces y de sombras, a través de las cuales el lector podrá adentrarse en los escenarios de una realidad contradictoria, en la que no es difícil reconocerse.