Se nos entregan verdades como puños y puñetazos de verdad, se nos recuerda que el centro de este mundo es el dolor.
El poema como trampolín, sí, no como pie de página de una instantánea de la actualidad, sino como una indagación en la maltrecha realidad lineal que trae a nuestra conciencia un poco de mundo extraño.
A ese empeño se dedica el autor, y por eso su mundo poético es tan original y auténtico, tan convincente y memorable, sin que ello signifique que hayamos de renunciar a encontrar en sus versos imágenes potentes que nos golpean con la fuerza de un fulgor imprevisto.