A mitad de camino entre la realidad y la ficción, Historias de Ciconia conforma un microcosmos literario donde la suma de lo secundario acaba por convertirse en lo principal.
Por sus páginas deambula un catálogo de más de cien personajes de diversas clases sociales cuyas vidas entrecruzadas, expuestas ante el lector en estampas fragmentarias a modo de álbum fotográfico, escenifican el día a día durante una semana de una pequeña ciudad de provincias que nunca hasta ahora había tenido quien la escribiera.
En una arriesgada apuesta que le lleva a prescindir de los patrones clásicos de la novela, desde un lenguaje sencillo y una estructura compleja, Rodríguez Criado se adentra con este trabajo en un territorio marcado por una desinhibida libertad creativa, la reflexión filosófica, el surrealismo, el humor triste y cierto regusto por las historias mínimas con finales abiertos.