El destino no está escrito. No al menos en un cuaderno de hule azul. Y no, desde luego, por otra persona. La enfermedad del lado izquierdo es la historia de un hombre que se rebela contra una vida cuadriculada y paralizante; contra las absurdas normas domésticas que anota su mujer en ese cuaderno (cuándo debe ducharse, cuándo hacer el amor…); contra un trabajo estresante y deshumanizado; en definitiva, contra una existencia que poco a poco enferma la parte del cuerpo en la que se aloja el corazón.
Como los viejos marinos que alargaban la línea de la vida acuchillándose la palma de la mano, el protagonista decide trazar él mismo su destino, dar una nueva oportunidad al amor, encontrar las respuestas en el viento, entre otros náufragos del materialismo y la prisa. Una novela con reminiscencias beats, que recupera el espíritu hippie despojándolo de complejos gracias a la fina ironía con que es narrada. Una gran metáfora en forma de flor salvaje.