Lectura: La Vía Láctea
Juan Jover es un conseguidor, como él mismo se denomina. Acostumbrado a moverse por las puertas traseras de los organismos oficiales sabe cuál es el precio exacto de cada cargo público para hacer viable lo imposible. A su oficina de investigador llegará el encargo de un matrimonio adinerado que desea conocer el pasado de su díscola hija, a la que la policía ha encontrado muerta por sobredosis, tirada en un portal.
Siguiendo el rumbo de los acontecimientos, el lector es encaminado por un periplo que discurre desde los ambientes más sórdidos de la cosmopolita Ciudad Condal hasta los pies de la Sierra de Gredos en un rincón de la España más profunda en Extremadura. Allí, un terrateniente octogenario al que todos llaman el Amo, mueve los hilos de la comarca. Y bajo su tiránica voluntad de cacique se esconde un terrible secreto: las pavorosas reuniones en La Casa, donde periódicamente, durante el invierno, el Amo se reúne con dos amigos suyos para deleitarse con algo a lo que se aficionó durante su estancia en las selvas de Brasil y Guinea: el canibalismo infantil.
Tía María es quien mata a los recién nacidos y los cocina; Petra es la encargada de cuidarlos y mantenerlos vivos hasta que llega el momento. Casi doscientos recién nacidos han sido sacrificados durante treinta años. Con sus restos, tía María ha creado una especie de Camposanto donde, bajo una pequeña cruz en plena Sierra, entierra los huesos.