Lectura: Sapukái
Sapukái es apenas un crío cuando le arrebata las sandalias a su padre borracho para irse a trabajar a los grandes bosques del norte de Argentina. Allí, junto a su amigo Lito, aprende a pedir permiso a los enormes árboles, con reverencia y humildad, antes de derribarlos con el hacha. Allí descubre que, en lo profundo de la selva, la vida de un hachero vale menos que la del caballo que tira de los maderos.
Clive Thomas Gaskell llega desde Inglaterra con un montón de deudas y un saquito de semillas compradas en la Exposición Universal de París de 1900. Lo acompañan sus dos hijos, Johnny y Mary, y una esposa reducida a mera sombra. El patriarca debe ponerse al frente de La Compañía, el negocio forestal de sus acreedores. Está dispuesto a cortar hasta el último quebracho de la selva, a exprimir al último trabajador, con tal de sanear sus cuentas y saciar sus ambiciones.
La noche en la que se alzan los machetes, muere el Sapukái crío y nace el líder. El redentor que lleva a los desharrapados, hombres y mujeres, a levantarse contra el poder tiránico de los ingleses. A lavar con sangre los años explotación.
«Escribí esta ficción inspirado en un desatendido personaje de mi familia, mi bisabuelo Pascual Ortiz, uno de los muchos trabajadores de La Forestal (1919-1923), compañía de capital británico que ejerció un poder absoluto en las provincias del norte de Argentina. Un día, el hombre se me apareció como un espectro y ya no me abandonó».