Querido P., ante todo decirte que esas cañas con tapa cerca del Rex nos las tomamos cuando tú quieras, ¡cómo no!
Tu correo está impregnado de una leve desilusión, en relación con la publicación de tu libro, que no me extraña en absoluto. La verdad es que no me puedo extender mucho en la respuesta (líos, líos y más líos a mi alrededor) pero te ofrecería esta simple y pedestre explicación. Hay un nivel “inferior” y otro “superior” -pero a lo mejor el inferior está muy por encima- en el mundo de la literatura.
El inferior es el de los letraheridos, lectores apasionados y escritores verdaderos, es decir, puramente vocacionales. Me estoy refiriendo, básicamente, al mundo de los inéditos y de los autoeditados. Allí reina la vocación genuina, la ilusión, la alegría de la lectura y la escritura aventurera y heroica…
El nivel superior, el de los escritores publicados, editados por cuenta ajena y / o profesionales es un mundo lúgubre y sórdido infestado de mentiras, trampas, traiciones, engaños, envidias, desilusiones, tráfico de influencias y corruptelas de toda especie.
Lamento pintarlo así -¡hasta creo que se me ha ido un poco la mano!- pero esa es mi experiencia.
Si tienes otra novela firmada con ellos…, adelante, y sigue sin dar importancia a las pequeñas decepciones cuando la lancen. Ya has satisfecho, como tú mismo dices, el punzante deseo de publicar. A partir de ahí yo me lo tomaría con mucha calma. Obsesionarse con subir en la “escala del reconocimiento” (¿?) o de la celebridad (¿¿¡¡!!??) y perder el gusto por escribir y hasta por leer puede ir fácilmente todo en el mismo lote.
En cuanto a tu pregunta, escritores españoles actuales que realmente me apasionen, en sentido orgásmico, realmente no hay ninguno. Así, como suena. Algunos me gustan, pero el que tiene más posibilidades de ingresar en la antedicha categoría soy yo mismo. (Perdona, te hablo a pajera abierta…) Y de entre los muertos saldría una lista demasiado larga que tendría que empezar, forzosamente, con Cervantes, Quevedo y Santa Teresa. “La Regenta” fue una novela muy importante en mi formación como escritor, y todavía me parece estupenda…, mejor que “Madame Bobary”. A mí, curiosamente, sí me gusta Pérez Galdós. Unamuno me ha acompañado desde el principio, ya que mi padre lo admiraba mucho, y sigo releyendo sus libros, especialmente “Del sentimiento trágico de la vida”; pero también sus nivolas.
Bueno, querido, no puedo alargarme más en este momento, espero que hablemos por teléfono o nos veamos muy pronto.
Un fuerte abrazo de tu amigo,
Rafael Balanzá
