Beatriz Galindo fue la primera mujer conocida que se dedicó a la docencia en España.
Desafiando su condición de mujer, y con tan solo dieciséis años, en un mundo acotado por hombres, consiguió el reconocimiento de sus insignes contemporáneos por su excelsa instrucción en la lengua del Lacio y que su gloria llegara a oídos de los Reyes Católicos.
Maestra de Isabel la Católica, compartió con la reina los veinte postreros años. El destino y la previsión dinástica quiso que el futuro de una parte de Europa pasara por la vida de sus cinco alumnas más próximas, la reina y sus cuatro hijas.