Santiago Aguilar recrea la biografía imaginada de un proletario de la interpretación, un actor de reparto que vive la vida del mismo modo que la interpreta, como formando parte de una matrioshka infinita, llena de personajes anónimos, a veces, invisibles, pero fundamentales para entender el espectáculo y, por consiguiente, la vida. Novelas de a duro, cines de sesión continua, argumentos de zarzuela… configuran el imaginario peculiar de nuestro protagonista, Cándido Acevedo. «El mundo es un buñuelo» rinde homenaje a la figuración teatral y cinematográfica, a la memoria de las salas de espectáculos ya desaparecidas, a Madrid y sus calles… a la capacidad de ensoñación y a la necesidad de poner en cuarentena toda búsqueda y toda pérdida desde el humor y la ironía.